sábado, 14 de enero de 2017

Estimula tu creatividad

        

        1)      Abréte a todo.
Sé menos crítico, más flexible y tolerante. Trata de entender, de comprender aún aquello que a primera vista te resulte chocante, desagradable o incomprensible. Siempre habrá cosas y obras que no nos gusten o que rechacemos de entrada, pero siempre será importante intentar descubrir qué quizo decir el otro, por qué habrá elegido esa manera o estilo. Intentar descubrir que factores sociales, culturales y psicológicos han hecho que se gestara esa obra de ese modo.Al final de este recorrido es indiferente que hayamos cambiado o no lo que sentíamos por la obra, lo importante habrá sido que de algún modo habremos salido enriquecidos, y no habremos bloqueado nuestra visión ni nuestra propia creatividad, con un jucio precoz del que desconocíamos los motivos.Permanecerá irreductible y ubícua la cuestión del gusto, pero eso ya es otro tema.

        2)      Encuentra tu camino y tu discurso.
En esto debes estar solo, tú contigo mismo a solas. Eres el artista que debe expresarse a sí mismo, sin tener en cuenta para nada cuestiones tales como la aceptación de los demás, sus críticas, el dinero que podrías eventualmente obtener o el mimo del “like”.
Sabrás que estas en “tu” camino cuando sientas el entusiasmo en tus tripas, cuando el corazón te empiece a latir más rápido. Cuando aparezca la taquicardia y desaparezca el paso del tiempo. Cuando el esfuerzo no te cueste y no mires el reloj para saber cuanto has estado en ello.

        3)      Acepta tus polaridades internas.
Dale lugar a tus propias contradicciones, a tus luces y sombras. Sabé que tus gustos y preferencias, aún aquellas cosas que te producen taquicardia pueden ser incoherentes y contradictorios entre sí.
Y se conciente que tú, igual que todos nosotros, somos TODO ESO JUNTO.
Negar alguna parte nuestra es también bloquear nuestra creatividad, y aún más importante, es bloquearnos y restringirnos como persona y poner trabas a nuestra realización y a nuestra felicidad.

        4)      Sal de tu zona de confort.
Esta expresión tan anglosajona es, ni más ni menos, que atreverte a lo nuevo aunque parezca inseguro e infunda cierto temor. Atreverte allí dónde nunca lo has probado, donde no controlas o conoces todas las circunstancias o posibles eventualidades. Es enfrentar los propios miedos e inseguridades, es probar ese camino nuevo que no ofrece las garantías del conocido y cotidiano.

        5)      Prueba, equivócate, fracasa y vuelve a ensayar… JUEGA!
El niño es esencialmente creativo porque para él la vida entera es juego. Y ya sabemos bien que es lo que ocurre después. Pablo Picasso solía hacer mucho incapié sobre esto.
Carl G Jung también: "La creación de algo nuevo no se logra con el intelecto sino con el instinto lúdico que actúa desde una necesidad interior"
El advenimiento de la fotografía digital hoy facilita este juego a costo cero.
El juego coexiste en nuestra naturaleza con la razón y el intelecto; por lo tanto, lo anterior no excluye de la órbita creativa humana ni al proyecto ni a la planificación. Pero estos últimos en soledad, pueden producir obras técnica y compositivamente perfectas, pero con frecuencia careceran de alma. Serán obras efímeras, utilitarias y quizás premiadas, pero de dudosa persistencia en el tiempo, cosa que, entre otras muchas y discutibles caracterizan la obra de arte

        6)      Agrúpate y comparte.
Formar parte de diferentes y variadas formas de grupos (cursos, talleres, clubes, asociaciones, redes virtuales, salidas fotográficas o a muestras, etc) estimula la percepción de las diferencias, la búsqueda de lo propio diferente, el intercambio de ideas y de mimos de reconocimiento y pertenencia. Y, fundamentalmente, es también un buen remedio para la abulia y el bloqueo creativo.