miércoles, 24 de febrero de 2016

El Cuarto Elemento



Lápiz, cámara, manos pintadas, pincel o lapicera son instrumentos de expresión, creación, con una teoría/técnica detrás. Todos ellos.
Lápiz y pincel parten del papel en blanco (más lo que portamos dentro de nosotros). Igual con la escritura.
Con la cámara, con la fotografía, ocurre algo diferente: partimos de "un preexistente blanco virtual", la cámara con su teoría/técnica (más lo que portamos con nosotros) y de retazos de realidad. Siempre necesitamos una huella de lo real.
Así:
Pintura, dibujo, escritura = Papel blanco + Pincel, lápiz, lapicera y teoría/técnica de uso + Subjetividad
Fotografía = Preexistente blanco virtual + Cámara y teoría/técnica de uso + Subjetividad + Retazos de la realidad (Huellas de lo real)
Diríamos así, que aparece un Cuarto Elemento.
La fotografía nos obliga a una forma de "acuerdo con lo real" y este acuerdo puede tomar muy variadas formas. Puede tomar el aspecto de pictorialismo, realismo, surrealismo, pop, abstracto, etc. Lo que no podrá nunca es prescindir de este "contrato con lo real".
Esto pareciera imponer a la fotografía una limitación respecto de las otras artes antes mencionadas. Sin embargo, creo yo, ello es aparente, pues apenas se trata de una limitación sólo más evidente o inmediata de la que padecen en realidad todas ellas. Hay retazos de realidad dentro de la subjetividad del pintor, del dibujante y del escritor, sin lo cual no habría siquiera conciencia. La diferencia está, concretamente, en que el fotógrafo tiene que emplear, forzosamente, sí o sí, retazos de una realidad externa a su subjetividad.
Y, por lo tanto, la subjetividad del fotógrafo debe buscar llegar a un acuerdo con lo real externo, todavía no internalizado, tal que éste pasa a ser un elemento instrumental más (El Cuarto Elemento). Enriquece así el pool instrumental del fotógrafo en relación al del pintor y escritor. Este Cuarto Elemento es una de las razones del ingreso triunfal de la imagen fotográfica en el arte moderno. La cámara + los retazos de realidad son para el fotógrafo los equivalentes al pincel, espátula y los colores para el pintor.
Así el fotógrafo deberá salir a la búsqueda de estos retazos de realidad, tal y como el pintor medieval o renacentista salía en busca de sus tierras y oxidos. Pero con una diferencia importante: estos retazos de realidad portan significados más densos, persistentes y cristalizados, mucho menos dóciles, que el color de las tierras del pintor.
Y, es esta característica, lo que hace imprescindible este acuerdo muy particular, para emprender el uso de este elemento propio de la fotografía. El fotógrafo deberá "domesticarlo" y al mismo tiempo "somerterse" a sus caprichos, para, con su recurso, lograr expresar el mensaje de su obra.
Aún en el fotoperiodismo, este elemento (la realidad recortada) de fuerte presencia, deberá ser "instrumentado" por el fotógrafo para la obtención de su obra final.

2 comentarios:

Susana Mulé dijo...

estoy muy de acuerdo con tu análisis Juan... a mí me pasa, como fotógrafa, que una vez obtenida la foto el resultado puede aproximarse a lo que se vio en el momento de la toma, pero uno quiere agregarle "eso" que le dicta su subjetividad y que puede tener que ver con lograr ese clima que le falta... para ello contamos ahora con la posibilidad de la postedición... cuando se logra... ahhh!!!

Recomenzar dijo...

maravilloso Juan ¿como estas???
Un abrazo desde Miami